El reparto de premios de la primera edición de este concurso organizado por AEK-KORRIKA se ha celebrado en Eva Forest Liburutopia (Gasteiz); al mismo han acudido los/as miembros del Consejo rector de AEK y la responsable de KORRIKA Ane Elordi.
El concurso se basa en dos objetivos principales: por un lado, denunciar vehementemente que no toda la ciudadanía de Euskal Herria puede acceder de manera gratuita al aprendizaje de la lengua vasca; por otra parte, hacer visible la realidad de las personas que se hayan en situación administrativa irregular. Partiendo de esas dos premisas surgió, el mes pasado, el certamen literario “Paperezko bizitzak”, de la mano de AEK-KORRIKA.
En esta primera edición, se han presentado 60 creaciones; de ellas, estas dos han resultado premiadas, ex aequo: “Basa mortu, arrotza abortu” de Sara Aranburu y “Ate automatikoak” de Philip Barendrecht y Esteban Martin. Todos/as ellos/as han recibido, de mano de AEK, un cuento y un recuerdo como premio.
La celebración ha comenzado amenizada con música. A continuación, Aitziber Balantzategi, del Consejo Rector de AEK, ha ejecutado las primeras labores de presentación, subrayando las dos bases principales del concurso mencionadas anteriormente: “Por un lado, en la medida en que a AEK le corresponde la tarea de crear nuevos/as vascoparlantes activos/as en toda Euskal Herria, reclamar que la euskaldunización de adultos sea un servicio gratuito universal; por otra parte, hacer visible la realidad y las vivencias de aquellas personas que se hayan en situación irregular”.
Seguidamente, Ane Elordi ha recordado el concepto de “comunidad del euskera”, el cual ha sido mencionado asiduamente durante la última edición de KORRIKA: “A fin de ampliar y fortalecer esa comunidad, es imprescindible que acojamos con los brazos abiertos a quienes llegan hasta nosotros/as; también ellos/as son parte del pueblo del euskera, y es labor nuestra, la de quienes estamos aquí desde antes, dotarles de instrumentos para allanar su camino”.
Para terminar, en nombre del tribunal, la profesora Amaia Irureta ha destacado que en las narraciones premiadas pueden percibirse dos maneras muy divergentes de contar historias: “El cuento Basa mortu, arrotza es un texto hermoso, muy bien trabajado; la escritora se ha valido de muchos y variados juegos de palabras a la hora de trasladar su mensaje a los/as lectores/as. En Ate automatikoak, en cambio, los autores han sido capaces de crear una imagen muy potente, y luego de usarla adecuadamente”.
Durante el evento, se han podido escuchar, en voz de los propios escritores, tanto detalles acerca del proceso de creación de los cuentos ganadores como los mismos relatos.